Un dardo maculó el bosque tupido,
lo infestó con remendada mandanga,
desterrando por orden del Candanga
a ese curioso palomo bellido.
A cada ramaje se le ha prendido
sobrada alcandora de morondanga,
y a la montaña su notable manga,
quedando en suspenso el sol afligido.
La santidad a esa incivil malicia
intentó con gran valía destruilla,
pero venció la importuna ruindad.
Entonces, con esta era sin caricia,
el beber hortacha en aquella orilla,
es lo que toca, por la eterna edad.
- Autor: Jhonn Flores ( Offline)
- Publicado: 5 de febrero de 2015 a las 11:44
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 62
Comentarios1
Excelente soneto endecasílabo en cuartetos independientes y con tercetos de corte clásico ABC...
Entre endecasílabos propios y dactílicos logras dar un mensaje muy claro..
Bienvenido al portal y espero seguir leyendote ..
Saludos desde Perú...
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.