Porque siempre soy yo
la que busca...
la que inicia...
la que dialoga...
ignorando silencios!!!
Despúes que te encuentro
interés demuestrás...
Si no soy como un fantasma
entre este mundo de poetas...
Odio ser atenta...
odio ser despierta...
odio descubrir
darte placer...
siento que soy tu deber
de caballero responder...
Quizás por compromiso!!!
pero con su permiso
yo le digo
ya no apareceré
ni tampoco desapareceré
solo aquí estaré
Desencantada
por sentirme a veces
usada
abandonada...
Poco deseada----
Es poco para usted
que mi alma se desnuda
y mi corazón se inunda
de sentimientos....
- Autor: dulce primavera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de febrero de 2015 a las 17:19
- Comentario del autor sobre el poema: al que le quepa que se ponga el poncho!!! palabras del viento es lo que siento!!!
- Categoría: Triste
- Lecturas: 66
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Trovador de Sueños ...y realidades., VOZDETRUENO, alicia perez hernandez
Comentarios5
Un profundo y desgarrador grito amiga querida.
Un gusto leerte. Llega el momento que uno se cansa de dar y dar y no recibir, aunque siempre se dice que debemos dar sin esperar recibir, pienso que si uno de amor, espera al menos ser correspondido, si no comienza morir.
Un gusto leerte.
Kavi
Sentido y directo, en plena libertad tus verbos se elevan a ese sentimiento que llega directo a quien lo sienta. Privilegiado siempre de leerte, amada amiga del alma... es un deleite hacerlo.
Cálido abrazo con infinito cariño a tu bello ser; un beso y una rosa de amistad sincera, a vuestros pies queda.
Carlos
No, pues quien sabe, pero no será que no lo deja hablar? Asi le decía una comadre al compadre: " Y tú, que nunca dices nada" y le respondia el compadre, "pos es que no me dejas" 😀
Besos.
Intensos versos
para eso sirve la poesía para despojarnos
y soltar las cosas como van
mis abrazos con saludos
Y tus palabras hablaban a mis palabras, de frente,
sin curvas, ni caretas, como quien nada esconde;
asentamos entre ambos un heroico puente
por donde cruzan libres quien pregunta y responde.
Pero cuando llegó el momento de terminar la senda,
y al quedar solo tuve la sensación extraña
de haber perdido el alma y de cubrirme los ojos con una venda
o de una daga rasgándome la entraña.
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