Desencantada

eclipsada

Porque siempre soy yo 

la que busca...

la que inicia...

la que dialoga...

ignorando silencios!!!

Despúes que te encuentro

interés demuestrás...

Si no soy como un fantasma

entre este mundo de poetas...

Odio ser atenta...

odio ser despierta...

odio descubrir 

darte placer...

siento que soy tu deber

de caballero responder...

Quizás por compromiso!!!

pero con su permiso

yo le digo

ya no apareceré

ni tampoco desapareceré

solo aquí estaré

Desencantada

por sentirme a veces

usada

abandonada...

Poco deseada----

Es poco para usted

que mi alma se desnuda

y mi corazón se inunda

de sentimientos....

 

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Comentarios +

Comentarios5

  • kavanarudén

    Un profundo y desgarrador grito amiga querida.
    Un gusto leerte. Llega el momento que uno se cansa de dar y dar y no recibir, aunque siempre se dice que debemos dar sin esperar recibir, pienso que si uno de amor, espera al menos ser correspondido, si no comienza morir.
    Un gusto leerte.
    Kavi

  • Trovador de Sueños ...y realidades.

    Sentido y directo, en plena libertad tus verbos se elevan a ese sentimiento que llega directo a quien lo sienta. Privilegiado siempre de leerte, amada amiga del alma... es un deleite hacerlo.

    Cálido abrazo con infinito cariño a tu bello ser; un beso y una rosa de amistad sincera, a vuestros pies queda.

    Carlos

  • VOZDETRUENO

    No, pues quien sabe, pero no será que no lo deja hablar? Asi le decía una comadre al compadre: " Y tú, que nunca dices nada" y le respondia el compadre, "pos es que no me dejas" 😀

    Besos.

  • alicia perez hernandez

    Intensos versos
    para eso sirve la poesía para despojarnos
    y soltar las cosas como van
    mis abrazos con saludos

  • Poeta sin alma

    Y tus palabras hablaban a mis palabras, de frente,
    sin curvas, ni caretas, como quien nada esconde;
    asentamos entre ambos un heroico puente
    por donde cruzan libres quien pregunta y responde.

    Pero cuando llegó el momento de terminar la senda,
    y al quedar solo tuve la sensación extraña
    de haber perdido el alma y de cubrirme los ojos con una venda
    o de una daga rasgándome la entraña.



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