Se marchó rompiendo el horizonte,
El ave viajera de mi soneto;
Llevándose consigo mi esqueleto,
Con besos míos como galeote.
Mi pesar siguiéndole a trote,
Canturreando a ritmo descontento;
Su caricia se va yendo del puerto,
Con viento a favor del Aqueronte.
Esta alma reniega su derrota,
Purgando sus venas del infortunio,
Bañando en rojo llanto la costa.
Al ver tocando puerto al demonio,
Comprendo que no habrá confronta…
me voy con el adiós, al cementerio.
- Autor: Héctor Adolfo Campa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de febrero de 2015 a las 04:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: rosamaritza, Aquiles Mirmidon, El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Hermoso y triste poema, divisando el horizonte, al final de los tiempos, abrazo y beso tqm. Dante
rosamary
Mil gracias por su lectura y por tan bellas palabras, rosamaritza.
Le mando un abrazo también, en símbolo de amistad, desde Tijuana, Baja California. México.
Un gusto leer su bello y noble soneto.
El gusto es todo mío, Aquiles Mirmidon.
Le mando un saludo.
Muy hermoso tu soneto amigo Dante...
Muy grata la lectura de tus letras...
Un abrazo de amistad de Críspulo...
El Hombre de la Rosa...
Me alegra tenerle comentando mis letras, Señor Críspulo.
De igual modo le mando un abrazo en seña de amistad.
Hasta futuros versos.
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