He oído tu voz. Me ha parecido
como quieta palabra, una alegría.
Y no sabiéndo más de tu agonía,
entre tu amor me he visto compungido.
Porque mi sed de ti se ha revivido,
doy al sentido su señal más fría,
como si se tratase todavía
de un origen estanco y consentido.
No me nubla de imagen tu hermosura,
No me dejas latiéndo en tu sonrojo.
Ni me infringes en huella siempre pura.
Como si así te viera, te recojo,
te inicio, te comprendo en tu blancura,
y me sorprendo y, ante tí me alojo.
- Autor: Fernando Gil Morales (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de febrero de 2015 a las 08:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: Aquiles Mirmidon, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Un gusto leer su bello poema.
Feliz día.
Santiago
Muchas gracias Aquiles
Muy hermoso tu genial soneto amigo Fernando...
Muy grata la lectura de tus letras...
Un abrazo de amistad de Críspulo...
El Hombre de la Rosa...
Muchas gracias, Críspulo..
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