Ayer, ¿Qué te guardas y no te recuerdas?
Allí está, la verdad de lo que vives,
rompe el muro que te impide mirarlo,
nadie conoce el secreto guardado.
Prefieres la amargura de la tumba,
a lo dulce de la vida el día de hoy.
¿Cómo se hace para abrir la ventana,
para que entre la luz a lo escondido?
Levanta cortinas y el sol que brille,
la alcoba está cerrada, huele a humedad,
el pasado es un moho en descomposición,
que se mueva el aire, para ventilar.
Que entre y salga, por puerta y ventana,
pónle lubricante a los candados,
el corazón, la llave para abrirlos,
así descubrirás que son fantasmas.
Has tenido miedo a lo inexistente.
¡Ven, toma tu asiento en la claridad!
Cierra los ojos, silencia tu mente,
es un viaje a lo viejo que conoces.
Ve quitando los ladrillos de tu barda,
descubres el mundo que antes viviste,
todo lo que encuentras es como el oro,
columna que hoy sostiene tu morada.
Esa riqueza te lleva al momento,
a vivir y a sentir la realización,
no difícil, se vive cada día,
sólo nos ofrece cada instante.
EL POETA DEL AMOR. 09-02-15.
CASM.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.
Saludos, pensando en Las circacianas.
- Autor: arturo maldonador ( Offline)
- Publicado: 17 de febrero de 2015 a las 15:34
- Comentario del autor sobre el poema: Somos lo que está dentro de nosotros, lo que ya traemos cuando venimos. Ese es nuestro tesoro, y los negocios que hagamos en esta vida, es decir, todo lo que vayamos viviendo cada día, es la manifestación de nuestra historia no recordada. Si logramos abrir un poco la ventana, miraremos como somos, y con conocimiento de nosotros mismos y aceptación, nuestro viaje aquí será como tiene que ser, de día y de noche.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 49
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.