RECORDANDO A VALLEJO

Murialdo Chicaiza



Soy hombre y soy lobo

al acecho latente

dentro de mi pecho

encerrado en mis costillas

yace un pez

un ser parásito me urge

como el llamado de las aguas

que fluyen sobre mínimas piedras

 

y creo entender todo

a pesar de los ceñudos dioses

ya no está la garza de blancas plumas

sobre este espejo verde bajo mis pies

y entre mis rodillas apoyo la hoja

en un rojo libro de Vallejo

entre sus poemas sin título y fechados

el aroma de la madera

la cercana madreselva

el estribillo de las aves

cuando mi mente hace silencio

y trato de estar atento

y soy un hombre apenas

con los sentidos aún sanos

descifrado signos encriptados

entre la luz que se reparte

penetrando en la cámara oscura

que es este cuerpo

tratando de des-invertir

lo invertido del engaño

mirando más allá

más lejos de lo que miro

y busco y no hallo 

el sombrero de Vallejo

mientras su mano me mira

desde la tapa del libro rojo

sosteniendo la sabia quijada

mirando la enfermedad de dios

y su profunda mirada (la de Vallejo)

es carbón entre dos fuegos

imaginariamente tomo su bastón

y me alejo

en esta mañana sin París

con los dados de dios y sin aguacero.

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Comentarios +

Comentarios4

  • el poeta del abismo

    Excelente poema, me ha gustado.
    Saludos de amistad.

    • Murialdo Chicaiza

      Saludos, poeta del abismo. Gracais por comentar.

    • kavanarudén

      Sentido y merecido homenaje amigo querido.
      Somos un ser dividido entre el bien el mal, pecado y virtud, hombre y lobo.
      "...Pero este pobre barro pensativo, no es costra fermentada en tu costado..."
      Un gusto amigo. Me he deleitado con tu poema y con el poema de Vallejo.
      Bendiciones

      Kavi

    • Beatriz Blanca

      Excelente recuerdo referente al gran poeta, Vallejo. Me he conmovido con las vibraciones de tus versos. Felicitaciones.

    • santos castro checa

      Murialdo: desde mi amada patria, hermana de quièn te recogiò en sus brazos nuestra querida tierra Ecuador, donde mis antepasados dejaron sus huellas impregnadas en sus piedras en sus rios...porque mi alma llora, no te tristeza, sino de alegrìa por hermanar tus letras con el insigne poeta del Perù, del Ecuador, de la Amèrica...
      Gracias, hermano, por el sentido homenaje...
      Alabo el don que posees hermano ¡qùe Dios te bendiga Murialdo Chicaiza!



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