Aviso que he vuelto después de muchos años ausente.
¿Será que de tanto llorarte
se me agotaron las lágrimas?
Cuando dejaste esta vida
se me prohibió llorarte,
por ser el hombre de mi casa
debía hacer fuerte
a sus mujeres.
¿Un hombre?
Pero si apenas estaba yo
en mi adolescencia
a los umbrales de mi hombría,
En fin,
con el pasar de los días,
tu ausencia me estrujaba
el pecho de tal forma,
que te lloré un torrente
muchos años.
Después,
por tu ausencia,
tu ausencia misma,
la tuve que esconder,
pasándola de los ojos al olvido
y tal parece que por esto,
o por el tiempo transcurrido
se me secaron mis lágrimas.
Porque hoy,
a nueve lustros de nostalgia,
no tengo más lágrimas qué darte.
No te puedo llorar
por más que intento.
Y me pregunto:
¿Por quién lloran los que lloran a sus muertos?
¿Por el ausente, o por ellos?
¿Será que te lloré, o lloré mi soledad?
Que lloré muchos años por el niño
que se quedaba solo desde entonces,
para aprender cómo ser hombre.
No sé,
lo que sí puedo decir,
es que no hay ausencia
más profunda y presente,
que la ausencia
que se llora tras la muerte.
Papá: ya que ahora
no he podido llorarte,
cuánto me hubiera gustado
haber escrito un poema
a tu muerte y a tu ausencia,
En vez de esta sórdida carta
que habla de mí, y del dolor sordo
de no verte,
desde estos nueve lustros
de mi vida reciente.
- Autor: Carlos Cabonaro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de febrero de 2015 a las 05:54
- Comentario del autor sobre el poema: Escribí esto en el aniversario luctuoso de mi padre.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 73
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.