Avanzaban las sombras
tétricas y calladas
para enlutar las formas
que dibujaba el alba
y así borrar historias
de dulces madrugadas,
de cánticos de alondra
al son de una guitarra
y entre aromas de rosas,
de cilantro y lavanda,
del paso de las horas
de amor en nuestra cama.
Se instalaron las sombras,
para sembrar cizaña
que creaba zozobras
cercenando esperanzas
y albergaban traidoras,
crueles dudas insanas
de una incesante, sorda
e incipiente batalla
donde un amor que llora,
herido se desangra,
se entristece y se ahoga
por culpa de una infamia.
Se alejaron las sombras
y al sol de la mañana,
cuando el cielo se adorna
con su capa dorada
llevaron las palomas
en sus alas de plata,
sobre valles y lomas,
timbales y dulzainas.
Siempre fuiste mi gloria,
mi dulce prenda amada
pues nunca quise a otra.
Que a ti yo te adoraba.
Viento de Levante
- Autor: Viento de Levante (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2015 a las 11:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, rosi12
Comentarios1
Muy emotivas y hermosas son las estrofas de su sombra amigo Viento de Levante...
Un placer haber leido tus versos...
Saludos de tu amigo Críspulo...
El Hombre de la Rosa...
Gracias amigo Críspulo, eres muy amable. Tu condición de amigo mío te condiciona favorablemente al enjuiciar y sobrevalorar mis humildes versos. Un saludo muy cordial. Viento de Levante.
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