Dame amada mía el verano de tu vida.
Dame tus lunares y las uñas de tus pies.
Deja que me adueñe de tu voz, tu pensamiento;
de tus pequeñas manitas, y tu alma en santa paz.
Déjame grabar la risa de tus ojos,
en mis ojos, en mis sueños.
Déjame probar el dulce de tus labios de pitahaya
y embriagarme del aroma de cacao
que hay en tu piel.
Permite en este día que te llame compañera, o,
agua fresca, fruta dulce, ave libre, lluvia o sol.
Quiero expresarte lo que siente el alma mía
cuando miro tu sonrisa, cuando siento tu mirar.
Tómame de la mano compañera amada mía.
Caminemos las veredas de la vida en el Edén.
Donde nos espera Cristo,
hasta donde lo permita Dios.
© Armando Cano.
- Autor: Armando Cano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2015 a las 18:00
- Categoría: Amor
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: Graciano Chacon, Claro de Luna
Comentarios1
Hermoso poema, una invitación al amor. Saludos
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