Diré que le enseñó la suprema lección,
Ella le entregó todo con honesta alegría;
Él disfrutó sus besos, su fresca lozanía,
Y le colmó la vida con prohibida atracción;
Fue un rapto de ternura, muy intensos respiros,
Se le entregaba toda con letal frenesí,
Ella le repetía: -tú serás para mí,
Y él se la devoraba entre tenues suspiros;
El momento se dio entre luz y placer,
En su cuerpo quedó la divina semilla,
Y cuando él se enteró que sembró nuevo ser,
Escapó presuroso a escondida buhardilla;
Ella lloró la ausencia, entre inmenso dolor,
Nunca se conformó con haberlo perdido;
Acepta el dulce fruto, se resigna al olvido,
Entendió que es la vida: sacrificio y amor…
- Autor: Raúl Gonzaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de marzo de 2015 a las 09:08
- Comentario del autor sobre el poema: AAlejadrino de la vida diaria....
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 89
- Usuarios favoritos de este poema: santos castro checa, soki
Comentarios1
QUERIDO RAUL,
CASOS DE LA VIDA. TU LO HAS ESCRITO CON INTENSA BELLEZA AMIGO Y GRAN COMPRENSION.
BESOS Y ABRAZOS, SOKI
Soki, como siempre tienes razón, mi poesía parte de la realidad, de mi realidad o de nuestra realidad; saludos y un fuerte abrazo fraternal...
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