Qué pena que ya no estés conmigo
estas tardes de primavera soleada
donde el aroma de flor enamorada
es caricia en manos de un amigo.
Y es tu ausencia manjar de mendigo
que se sirve en la mesa sin nada
donde solo queda una luna eclipsada
doliente y solloza en su castigo.
Me da mucha tristeza que te hayas ido
ahora que las rosas abren sus capomos
dejas el corazón muerto y entristecido
como canto hiriente de palomos.
Pero si lloras por haberte despedido
recuerda tu crueldad y sus aplomos.
- Autor: Poeta sin Alma (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de marzo de 2015 a las 00:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 76
- Usuarios favoritos de este poema: eclipsada, Claro de Luna
Comentarios4
Me encanta este poema.
que pena el dolor
que quita al alma su color
ese amor
es su clamor....
Buen poema amigo Poeta desalmado
bambam
Muy intenso, casi se ve sangrar la herida. Muy buen poema. Saludos
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