A la memoria de mi hermano
Cuando el crepúsculo acaba con la historia,
del hombre fiel que sin mirar alguno,
hace entrega gota a gota del amor,
en la lejana somnolencia de mayo.
El alma implora, sola, al infinito,
para que lleguen lágrimas,
en el andar taciturno de la efímera existencia,
y así morir,
aferrado al martirio de los días,
que uno a uno pasan aplastantes,
felices, de ensueños y derrotas,
y ser destruido en el segundo que se aproxima a la verdad,
sin saber, si la vida y la muerte,
son la mismo cosa,
en la vehemente ausencia de la luz.
Comentarios2
La vida y la muerte: estaciones o pasos a dos formas de existir, del mismo y un ser que somos.
He recordado también a mi hermano.
Gracias Mario,la vida es asi de real y compleja.
Un abrazo
Leo tu poema y mi alma se estremece ,no puedo asimilar su ausencia fisica ,la impotencia y nostalgia se anidan en todo mi ser y me hacen daño, nuestro hermano ya no esta mas¡¡¡¡como dices ,la vida es asi de real y compleja ,el siempre sera para nosotros la luz que agoniza porque nunca se apagara.Los extraño¡¡¡¡¡
Si,ciertamente Emilio siempre fue una luz para todos,por su bondad y amor familiar.
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