Durmiendo un día estaba
en aquel parque de atrás
soñando con los ríos
viajando por las notas,
coloreando el cielo
de azul, el más oscuro,
pintándolo de noche
y sin luna
Crecí y crecí y crecí
La ventisca
hachaba piedras añosas,
con lágrimas de cuarzo
silente,
sus penas en hilos verdes,
callando y naciendo
con tantos pequeños ojos
entre los vestidos de la bruma
y yo volando lejos, fui tan lejos :
la bruma se transformó
en ceniza blanca, y
me saludaron los volcanes.
Mis sentidos se tomaron
el calor y los aromas,
por tanto tiempo
desterrados.
En esos instantes
de saliva y seso
seguí las huellas ofrecidas
con su fragancia
tan esencial.
Aquélla,
la única celeste,
la del color tierra y agua,
la que se transforma
en abejorros
transparentes
entre las raíces
que se nutren solo de
estrellas,
las que duermen
titilando y navegando
polénicas
sobre el mar.
Allí me dormí, allí
me desperté y allí aprendí
de los instantes el gozo.
- Autor: JAFSC (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2015 a las 00:24
- Comentario del autor sobre el poema: Fantasías y ensoñaciones
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios1
Un instante, un momento precioso, un dormirse para despertar con la sensación de un cambio profundo en tu ser eterno.
Un gusto pasearme por tus fantasías y gracias por permitìrmelo.
Un abrazo
Kavi
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