Estimados amigos de Poema del Alma: Debido a vicisitudes muy extensas de relatar me vi alejado de la página, hoy intento regresar, paulatinamente iré subiendo algunos poemas que ya publiqué, por lo que les pido paciencia, pues es por ahora todo lo que puedo hacer, gracias por vuestra comprensión.
Por las dudas... si sucediera
que una mañana de éstas,
no acudiera al llamado de mi puerta,
no es que me guste la idea,
quiero vivir, como cualquiera...
¡pero es tanto el lío de mi vida!,
está tan enredada y con problemas
que no puedo evitar los pensamientos,
pensamientos tristes, pensamientos negros,
pensamientos de andenes y de puertos.
Así qué, como dije, por las dudas,
es que quiero escribir mi testamento.
Más que esto, es despedida,
es ultimo lamento,
un decir adiós a mis viejas penas
es huir, porque no aguanto más heridas,
porque todo el amor que siento
ya no cabe dentro de mi pecho,
y, ¡pobre y viejo! sólo me queda
recoger los menosprecios.
No me sirvió de nada la poesía,
¡por eso siempre me negué a ser poeta!,
pero me enamore de Jesucristo,
¡ahí comenzó mi dolor y mi pobreza!
En el frente de mi casa, en dos chachi,
florecen mis orquídeas,
unas rosas, en el jardín,
completan esta fiesta...
puedo morir tranquilo,
ya me adornan las flores
más apreciadas de la tierra.
Me llorarán unos cuántos, estoy seguro,
los mismos que después me olvidarán,
las mismas mujeres que no quisieron,
paliar, ni brevemente, mi abyecta soledad.
Mis versos quedaran esparcidos en el viento,
así como las caricias que no di...
y mis besos, esos que tenían
escondidos estrellas y luceros...
(y que ¡terminé arrojándole a los perros!)
Muchos dirán: ¡me amó!... y será cierto.
No pude sustraerme a dar,
porque dar es mi sustento,
y amar es dar, así que amé mucho,
a muchos y muchas...
Pero no me entendieron;
nadie ¡nunca! pudo ser mi continente
¡ni mucho menos aún, satisfacerme!
Soy insaciable en el dar y en el amar,
soy sol y luna, soy fuego... cielo,
soy aire y nube, soy agua... hierro.
Nadie entiende mi idioma
y nadie cree que yo conozco
lo secreto de sus mentes...
y debo sufrir el horror
¡de leer sus pensamientos!
Por todo lo anterior es que confieso
mi culpa, ¡que a ninguno se le acuse!
si algún día, cualquiera de éstos,
cuando llamen a mi puerta,
¡no los atiendo!
- Autor: Raúl Daniel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de marzo de 2015 a las 00:35
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 100
- Usuarios favoritos de este poema: Isis M
Comentarios3
Escribes y te describes, creo yo, pues no explicas en el comentario al espejo No.76, percibo a mi hermano mayor entregado sin medidas al amor de Jesucristo que es dar y dar, aunque me digas que no, se que tu abriras la puerta.
besitos
Tu hermana Isis
Isis, amiga querida, este poema lo escribí hace más de diez años, y sí, sigo abriendo y abriendo la puerta (todavía).
Un abrazo, y gracias por tu impronta en mis letras..
R_D
Querido amigo Raúl,pienso he cometido el mismo error que tú.Di demasiado y recibí penas.Di amor y ese amor de otros han sido retribuidos,pues del reparto solo se encarga Dios.
Cariños de Ines Ine
A lo mejor ni sea error, nosotros somos así, tú tienes razón, Dios hará su parte..
Un enorme beso!!
R_D
Amigo Raúl puede ser que un cardumen de peces sea demasiado para un niño y su canasta. Saludos fraternos
No te entiendo..
Amigo Raúl no soy bueno explicando pero aquí voy: En tus versos ley "por las dudas quiero escribir mi testamento"... "pero me enamore de Jesucristo"... "Soy insaciable en el dar y el amar" y en algún evangelio yo ley "aquí hay un niño con dos panes y cinco peces, pero que es esto para tanta gente". Espero que te sirva mi explicación, como siempre saludos y un abrazo fraterno
Sigo sin entender lo que quieres decir, pero no te aflijas, no es lo único que no entiendo.. Gracias por estar en mis letras..
Un abrazo..
R_D
Bueno, pero entonces ya no eres el único que nadie entiende. Un abrazo fraterno.
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