En aquel instante todo se hizo eterno,
Tu ser sobre el mío en el ángulo perfecto,
Momento sublime, momento más tierno
En el que por ti moría, pero era discreto.
El tiempo se detuvo como yo lo soñaba,
Mi alma se fundió con el sentimiento supremo;
No lo notaste pero yo te amaba,
No lo notaste porque era mi sueño.
Los segundos se hicieron muy lentos
Antes de nuestro venturoso encuentro,
Tan lentos como una agonía extrema,
Eternos como aquel que el paraíso anhela.
Luego el tiempo sin restricciones vuela,
Alejándonos como si nuestro enemigo fuera,
Mil minutos se vuelven mil horas;
El reloj propicia que mi corazón se duela,
Cuando me separa de la Diosa que me enamora.
Pero llegará de nuevo nuestro momento,
De eso ninguna duda me queda,
Haremos todo lo que sea necesario,
Si es preciso juntos detendremos el universo,
Nos burlaremos del nefasto calendario
Le enseñaremos: ¡que con el amor, no juega el tiempo!
- Autor: hefaloga ( Offline)
- Publicado: 18 de marzo de 2015 a las 13:10
- Categoría: Amor
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: Alejandro O. de Leon Soto
Comentarios1
Que buen poema amigo... metáforas bien aplicadas y con buen concepto.,....saludos.-
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