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Si a la guerra van guerreros,
es porque al mundo le falta paz,
no podemos hallar paz,
si a la guerra van guerreros,
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¿como hallar sosiego?,
si el mundo esta ciego,
¿como impedir la guerra?,
si el mundo se aferra,
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como no conseguir paz,
si al mundo le falta haz,
y cosechar lo que fue…,
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la paz en el mundo entero,
si hoy van guerreros,
a una guerra donde no hay paz.
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Autor:
EMYZAG (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 29 de marzo de 2015 a las 00:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 215
Offline)
Comentarios1
Hermosa y reflexiva composición Emyzag... Cómo entender el irracional acto de guerra donde se comete el pecado de quitarle la vida al prójimo.... Te obsequio con algo de mi humilde producción, a propósito de el tema que abordas...
“Fabricantes De Guerras”
- Hermes Varillas Labrador
Absurdo proceder de mentes enfermas
los llamados fabricantes de guerras
que prefieren gastar un gran dineral
antes que erigir una escuela u hospital
la razón? Un oscuro motivo encierra.
Increíble realidad que causa soberbia
son cobardes ocultos tras la refriega
manipulando como carne de cañón
a soldados de imprudente corazón
que alucinados a la lucha se entregan.
¿Para qué sirven nuestras banderas?
“En tiempos de guerra, bendiciendo banderas...”
- Hermes Varillas Labrador
Históricamente el ser humano
inventó banderas so pretexto
de un patriotismo exacerbado
que termina en actos de invasión
sin ton, razón, ni explicación
a sus vecinos y hermanos
con el pabellón como escudo,
olvidando que el orbe entero
es nuestra dulce morada
para vivir fraternalmente.
Contradictorio resulta ver
a cada jefe de ejércitos
en indeseable conflagración
bendiciendo banderas y
hasta rezando una oración;
una hueste de hombres armados
solo puede lograr una meta
bastante paradójica por cierto,
sin lógica necesidad, ni criterio
erigir camposantos y cementerios.
Nuestra más excelsa
y sublime bandera
como la mejor y más digna
de nuestras empresas
utopías, sueños e intenciones
consiste en el acto solidario
de abrazarnos con el mundo;
nuestras banderas no deben
servirnos de escudos
para atacar o defendernos,
sino como manto sagrado
para cálidamente abrazarnos
con nuestro prójimo y hermanos
cobijándonos con ellas.
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