Entre mis manos... tú vives
como contemplación de corazón herido
y luces nuevas.
Bajo el murmullo de mi mirada
eres tristeza de ausencias,
y eres comienzo de éxtasis.
Tu oído mi aliento toca
con amor en tus esquinas
y mi pensamiento se pierde confuso
entre mi cuerpo y tu recuerdo.
No puedo pensar en nada
todo está habitado por tu nombre
y emerges hasta del silencio
y naces entre las sombras
hasta el olvido huye de mí
al tacto de tus aromas
que se recuestan en mi silueta.
No escuches mis miedos y mis palabras de humo,
entre mis manos ...tú vives.
- Autor: Poemas de Pepita Fernández (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2015 a las 08:45
- Comentario del autor sobre el poema: A veces , es difícil escapar de nuestros miedos y eso perturba y todo se vuelve confuso. Un abrazo a mis amigos y amigas del foro.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 65
- Usuarios favoritos de este poema: Poemas de Pepita Fernández, Bernardo Calderon, Aquiles Mirmidon, Isis M, micaela fernandez
Comentarios8
Un cierre que lo dice todo.
"No escuches mis miedos y mis palabras de humo,
entre mis manos ...tú vives."
Bien dicho, mi bella Pepita.
Un beso desde mi corazón, amiga querida .
Sin dudas, tus miedos se han plasmado muy bien en este poema.
Un beso, Pepita querida.
uuuyyy Pepita...esto está bonito...que miedos ni que miedos...belleza en tus versos.
Un abrazo
Plinio
Bajo el murmullo de mi mirada
eres tristeza de ausencias,
y eres comienzo de éxtasis.
ESTOS, ESTOS ME TOCARON EL ALMA....Pepita, querida amiga
besitos
Isis
Bonitos versos Pepita. Eres una reina.
"No escuches mis miedos y mis palabras de humo,
entre mis manos ...tú vives."
Hola Pepita !, un gran poema donde expresas esos miedos que siempre invaden cualquier relación, miedo a todo.....hasta de perder ese ser amado.
Te abrazo. Mica
Tengo miedo de un día,
no llegar a tener miedo.
Es este miedo mío,
el que tus ansias alcanza
y persigue estrellas,
en la luz de tu mirada.
Es este miedo mío,
de perder tu sonrisa,
de perder tus caricias,
de perderte toda,
el que me hace estar despierto,
entonces, dime vida mía:
¿Puedes pedirme que renuncie a mis miedos?
El día que ya no temas
perder mi sonrisa de lirios
perder mis caricias de espumas
de perderme toda entera
de no tenerme en el lago de tu memoria,
ese día yo volaré hasta el infinito
y te traeré de nuevo todos tus miedos.
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