Mañana, cuando no puedan
encontrarse nuestros ojos
porque abrirlos lo impidieran
ya la niebla, o los abrojos
sellen ya nuestra ceguera,
mira aquella primavera
en que, postrado de hinojos,
te pedí que me quisieras
para siempre mientras fueras
cómplice de mis sonrojos.
Mañana cuando el solsticio
se aposente en nuestras vidas,
y descubra nuestros vicios
y también nuestras heridas,
mañana, cuando el azar
nos acerque al precipicio
recuerda que el caminar
es el más sano ejercicio,
lo importante que es llegar
a terminar las partidas.
Mañana cuando me vaya
quizás volando hasta el cielo,
de este tiempo junto a ti,
te ha de quedar el consuelo
que en cada verso que escribo
tendrás un trozo de mi,
piensa que yo aún sigo vivo
recuerda que un día fui
sólamente para tí
yo, el sujeto de tu anhelo.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2015 a las 03:14
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Aquiles Mirmidon, Peregrina
Comentarios2
Lindos versos..
Un gusto pasar a este espacio...
Saludos amistosos de
Peregrina
Intentamos vivir hoy y conformar el mañana,
seguro que lo influiremos;
pero aunque pongamos empeño,
ímpetu y muchas ganas;
recuerda esto Donaciono, hará lo que le de la gana.
Un 30 para tus decimas. Abrazos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.