¿Y al final así acaba todo, no?
Todos en sus casas, viviendo una vida normal, y yo aquí.
Gritándole a un dios falso,
Rogándole a algo inexistente,
Y viendo alrededor cómo todos nos mienten.
Viviendo en una mentira,
Y no en una verdad,
Porque la verdad te llena de ira,
Y la mentira, de tranquilidad.
A un Dios falso le hablé,
A un Dios falso le rogué,
Hasta que al fin,
A la verdad, llegué.
A las personas les conté,
“Encontré a un dios falso”,
Entonces la sociedad me tapó con su manto.
“Respeta los pensamientos de los demás” me dijeron,
Sin embargo me hundieron cuando dije “Soy ateo”.
Sobre mí triunfaron,
Ellos me pisaron,
Y cuando me levanté,
No tardé en volver a caer
- Autor: Cepiyito Rodríguez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2015 a las 19:50
- Comentario del autor sobre el poema: En este poema demuestro de una forma exagerada, como algunos fanáticos religiosos no aceptan a los ateos, y entonces, desde que ellos dijeron que no creía en Dios, los otros lo callaban, algunos, sólo algunos quieren obligarte a arrodilarte frente a "él", pero yo digo algo: Nunca me arrodillé, ni pienso arrodillarme ante "Él". Espero no se lo tomen como un insulto los creyentes, de verdad no estoy buscando pelea.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.