Debe apagarse la llama de amor que hiela las manos sin piel;
que ciega los labios, al secarse esperando la humedad de otros labios;
y que inquieta el pecho, si saciado de su néctar está el corazón.
Que convierte en cenizas la razón, ardiendo en locura el sinsabor:
mirar el viento y abrazar la tierra, tratando de alcanzar el canto
de un ave en libre vuelo, celosa del rocío de rojas saetas;
detener la riada del magma por los caños, que quema las entrañas,
moja picos, campos y cavernas, en la soledad de albas y ocasos.
Debe apagarse la llama de amor, antes de que se haga tempestad
la brizna de nostalgia que lacera el pecho y se haga vida, la muerte.
- Autor: Gisela Villarroel (gisell_v) (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de abril de 2015 a las 10:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades., andres fernandez ruiz, Alejandro O. de Leon Soto
Comentarios2
Una tormenta infinita desborda la intensidad de tus letras.
No quedan las cenizas,
se esparcen al viento
en el torrente que hace
mella en el amor,
renace inclemente
la muerte.
Bellas pinceladas hechas poesía en la genialidad de tu pluma, querencia del alma mía, un destello de luz para mis pagos ojos
la perfección de tus verbos.
Te quierooooo....!!!!
Besos y abrazo eternos.
Solo esto...¡BELLO!...abrazos amiga linda.-
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