Hoy he llegado a Angelmó
y la mañana es fría como este domingo de junio,
el olor a mar
es menos perceptible que otras veces,
seguramente se debe a la densa neblina
que hoy…
ha querido caer junto a la bahía.
Creo que al atardecer,
volverá a llover aquí en Puerto Montt
y quizás sea una razón lógica
por lo deshabitado que se encuentra
este hermoso lugar
frente a mí, varias lanchas,
que descansan…
que reposan…
que meditan…
Porque las lanchas de Angelmó
¡tienen vida!
Y desde esta roca en que medito
se agrupa la llovizna;
y en un recodo de la misma
va quedando quieta.
Pocos días para regresar a Santiago
a presentar mi memoria…
Pocos días y la felicidad me aísla,
pues algo perturba mi mente
y no aquieta mi pensamiento,
y altera mi vivir.
Sin embargo la soledad sureña
ofrece a mi espíritu
algo que no puedo precisar,
aliviana mi angustia
¡la misma que me acosa desde mayo!.
- Autor: juan f bravo lira ( Offline)
- Publicado: 13 de abril de 2015 a las 18:42
- Categoría:
- Lecturas: 13
Comentarios1
Angelmo territorio que encandila las mentes que salen a divagar en sus contornos, despertar las barcarolas que se van meciendo como cunas deshabitadas que descansan solitarias bajo el manto nochero, para soñar con las algas y peces que disfrutan bajo su fondo entablado, sin tener día ni noches estrellada sino solo una cama de agua esmeraldada, son todos pensamientos archivados en la memoria ilustrada, para cuando la lejanía nos haga recordar esos momentos inolvidables, un saludo desde el mástil del barco anclado en el pensamiento.
Hermosas palabras Gastón, es verdad las lanchas de Angelmó tienen vida!! Un cordial y fraterno saludo.
Fernando de Lira.
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