Sí. Entonces si morimos sin vernos. Estando tú ahí acostada sobre la vieja mesa redonda, sobre el sofá, sobre tu esqueleto la piel de cobra que vibraba toda tuya en las notas de tu garganta; si, mira aquí, ahora despidiéndome de todo este misterio… a mirar por la sonrisa que volvió del terciopelo acostumbrado a fungir como remedio curativo.
Deseo de su veneno infinito
la virtud esculpe la presa de su encanto
y el espejo suena escondido en la mesa de planchar del quinto cuarto
Y el espejo es un ángel perdido
y todos se van tras la semilla del santo escritorio que corrige
la hoja desdichada que muere junto con Ovidio, Mirrá y Marquéz.
Al fin y al cabo así funcionó durante cien dinastías. Las funciones de los nobles recaían en los que no sabían de aquella presencia, oscura y maldita, arrastrándose debajo de los minutos y las cajas que guardaban remanentes de sus juegos anteriores, puros y fríos.
Que a verdad decirle que está noche estoy un poco más seguro de aquel consenso que aseguramos después del amanecer en el establo.
Sepa además que no es que me encuentre vacío, triste y sólo consigo ataduras inherentes vertidas en tubos de asfaltado desaparecidos. En frente de mis casa hay uno, como son de rústicos y sinsentido.
Pero es mucho más insólito ver caer los chulos en la plaza del medio de la calle, Aurora, come con la cabeza distinta de líneas de vértice lejanas certeras y amarillentas.
Es la travesía del soberano de Marquéz que dicen: “El más grande de todo el mundo, no se atiborra”, es el pluscuamperfecto de María ser primordial en el hemisferio del centro o del rio aledaño.
La calma, oscura princesa de negras fúnebres almas tinieblas, cayendo alrededor de un gesto cuanto esperaba de ella.
De mal carácter es el decirle al joven que no es una gran figura de barrio.
Ahora canta la noble alegría de princesa cerebro de mi cuarto quinceavo presidio.
Volveremos a comenzar una nueva ventura de su lamento originario para aconsejar a los que no guardan sus parejas llenas de coros ufánables que distinguían las morchirerias de su resolución.
Un día, en el pueblo de Donsanto, cerca de Medellín y camino costa afuera de zonas valverdes frescas canastas de madera-plástico, jaspes viejos y bien pulidos.
Salamanca paredes despierta los gritos confundidos en la fuente de agua del patio trasero.
Se esfuerzan por narrar todas las memorias que se acumulaban en su terrenario.
- Autor: Phillip F ( Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2015 a las 04:03
- Comentario del autor sobre el poema: A la mayoria de la aceptación que prometemos poseer, se le han restado ya las tiernas obligaciones que debemos asumir como respeto de \"mio\" y \"vuestro\". Es, con todo el encanto que profeso de el medio, la parte sino precisa sí algo sustancial el presente que deja algo nectar del esfuerzo, la pasió y el amor a este tierno arte.
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 102
- Usuarios favoritos de este poema: Aquiles Mirmidon
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.