La chica de mis ojos

La belleza de sus ojos cafés son como bosques ya que en ellos me puedo perder, cada vez que me mira y sonríe, con esa sonrisa que no me permite dejar de amarla. Sus labios son como dos nubes, sensibles y le me da el poder de tocarla para que yo un pequeño beso le pueda dar. Su piel tersa y blanca como el brillo de mil diamantes únicos y asombrosos como solo ella es. Sus manos sencillas y hermosas que cuando me tocan me dejan sin respirar. Su simpatía, su amabilidad, su entusiasmo, su carácter, sus defectos mismos me hacen suspirar, como los sentimientos que deja ver con una mirada, a pesar de que trata de esconderlos. Su aura de colores hermosos y brillantes, que hacen de un dia triste uno mejor, que me hace sentir que puedo hacer todo y nada a la vez y puedo con todo.

Mas todo cambia cuando ella no esta cerca de mi. Mis colores brillantes, pierden ese brillo, todo se vuelve pálido, todo es gris, sin movimiento del tiempo, sin presciencia ni ausencia, sin motivo de existencia y sin energía.

Entre la multitud te vi pasar pero cuando regrese, note que solo fue producto de mi amor, de la necesidad que siento cuando no te tengo y claro con un poco de imaginación y traición de mi inconsciente juguetón.

Esa misma noche recostada en mi cama sentí tu calor pero solo era mi almohada que me sostenia una ilucion, sentí que me abrazabas pero solo eran mis sabanas y un pequeño oso de peluche que me daba consuelo con un pequeño abrazo creado indirectamente por mi.

A la mañana siguiente quise verte a mi lado acostada y durmiendo, pero no puede pues simplemente no estabas conmigo.

En la tarde pensé en hablarte pero supe que no era el momento porque seguramente estarías ocupada, mas cual fue mi sorpresa al escuchar mi celular sonar y ver que eras  tu la que llamaba, tome el teléfono y con una dulce, asombrosa  y magnífica voz saludaste, y yo anonadada y perpleja no pude contestar pero con un perfecto uso de ciertas palabras en una oración, regreso el sentido y el brillo en mi mirada, todo cambio en un momento.

El anhelo y la esperanza de verte regreso casi al mismo tiempo.

Di la vuelta después de escucharte decir –Aquí estoy –

Y te vi… radiante, hermosa, sensible, perfecta cual rosa en primavera, cual cielo nocturno estrellado y resplandeciente en compañía de una luna llena.

Camine hacia ti y note que ya no sentía aquel vacio, aquella nada que se comía poco a poco este corazón que se estaba quedando sin amor.

En esa última noche de soledad me devolviste mucho mas de lo que creí perdido y ahora es mi turno de hacer que cada noche, dia, tarde y cada momento contigo sea especial e inolvidable para ti.

Brenda Trujillo S.