Soledad;
pérfida y fría amistad
que has de acompañarme
hasta el esperado día,
en que mi corazón,
sin fuerza ni impulso,
deje de latir y bombear
el rojo licor;
hasta el esperado día,
en que mis pulmones,
sin fuerza ni impulso,
dejen de estropear
el oxígeno puro.
Campanas pías,
campanas católicas
chocan con el agnosticismo
justo al momento
en que su sonido,
ensordecedor y violento,
roza con los pequeños huesos
en el interior de mis oídos.
¡Vaya imbécil!
Creer siquiera que es amor,
si tan solo son unos ojos hermosos,
pero... ¡Me miran con lástima!
Al igual que el resto
de ineptos simios,
evolucionados, eso si,
que hay en este lugar;
miralos... su mirada,
penetrante y jueza de tormentos,
dice: "Pobre borrachín".
¡Pero pobres son de espíritu ustedes!
Yo estoy enamorado,
si, enamorado
de mi fracaso,
de mi mente revuelta,
de esos ojos,
de la humanidad.
Esos seres extraños,
confusos y profundos,
que confunden inútilmente
el sexo, con el amor;
un beso, con una caricia;
y las palabras; con banales sentimientos.
- Autor: Vic (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de mayo de 2015 a las 18:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 93
Comentarios2
hermosos versos
desbordan mucho sentimiento
felicidades 🙂
Gracias por leer y por tu comentario.
Saludos 😀
Wow!! Lograste plasmar un sentimiento, muy buenos versos
Saludos
Gracias por leer y por tu buen comentario, saludos.
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