La noche
huele a pecado,
la hierba arde
allá en el prado,
dos cuerpos agitados
entregados al placer,
un manto de luciérnagas
despuntan el amanecer,
miles de caricias,
y ningún juramento,
miles de besos,
ignorando lo prohibido,
y no es pecado,
es un amor
largamente demorado
por prudentes corazones,
es un amor
de furtivas miradas,
y de pieles encendidas
por roces al pasar,
no pudieron evitarlo,
quebraron los esfuerzos,
y ardientes deseos
dominaron sus cuerpos,
tiembla la tierra,
cruje el cielo,
y no es tormenta,
es un cataclismo de amor.
Víctor Bustos Solavagione
- Autor: Víctor Bustos Sola (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de mayo de 2015 a las 00:02
- Categoría: Amor
- Lecturas: 84
- Usuarios favoritos de este poema: Claro de Luna
Comentarios2
Un amor largamente demorado, no puede sino originar un cataclismo. Muy hermoso poema. Saludos
Muchas gracias CLARO DE LUNA por tu exquisito comentario.
Te deseo el mejor día.
Saludos.
Víctor
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