Mezquina es la noche oscura
Que oculta la clara vista,
El vestido de tu albura
Que mi mente se resista.
Mezquina es la rosa fresca
Que marchito antes que vino,
Se fue antes que tu llegaras
En sus arrugas la has visto;
Es la musa que no cantan
Mezquina el pecho fruncido,
Duro son como la piedra
Cuando de un beso te pido.
Mezquinos es mi evocar
Cuando tu imagen retiro,
El olor de muladar
Con los huesos carcomidos.
Más mezquina las obras
Del Intendente en su estribo,
Que quiso que las señoras
Sigan siempre su camino.
Mezquino es aquel que imprime
Todos los bellos escritos,
Con la compra del papel
La idea no son sus mitos;
Protegida del carbón
No mezquino el infinito,
Serán eternos pliegues
La prosa y los pergaminos.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.