A las tres de la mañana
Desperté con el ángel de la soledad
metido entre todos mis demonios,
desnudo, desolado, sin edad
para vivir y llorar, aborrecido,
para no querer saber más ni del sol
ni de la libertad de haber nacido.
Es todo una ciudad que alguien fundó
para vender y comprar algo de sombra,
de pan, de cementerios, de humedades
entre dos bocas que ni se conocen,
entre ciegos que se amaron de verdad
y luego se abandonan frente a un río.
El agua se los lleva y, aunque saben
que nada encontrarán, prefieren eso,
aunque saben que siempre se amarán,
prefieren esta duda matutina,
este fuego del infierno en que han vivido
a extender una mano y pedir que los perdonen.
(Tengo miedo de que nunca me perdones,
tengo sed, tengo el dolor en mis pupilas
de todos estos meses sin mirarte,
sin tocar ni la sombra de tu sombra,
tengo miedo de este mundo en que no entiendo
que no vivas junto a mí, que no amanezcas
con tu cabeza en mi pecho, con tus labios
en la respuesta que buscan mis desvelos)
Y me marcho a las tres de la mañana
dispuesto a que el reloj me descuartice,
a que la casa se me vaya desarmando,
a que la ropa se me quede en el tintero,
a que la vida se me vaya en un segundo,
el mismo repetido cada noche,
cada vez que a esta hora salgo lejos
despedido por la horda de recuerdos,
de ventanas que se cierran, de mentiras
que no cubren ni mi nombre ni mi pena,
y de perros que me ladran mientras marcho
comentando en vez de aullar o de morderme,
conversando como haría un noticiero
sobre el alto detrimento de la especie,
sobre la raya que no suma ni nos quita
ese lugar que ya perdí del paraíso.
Y así con ese y similares porcentajes
de despeñados en el bosque de la noche,
entre los arboles de piedra, entre las ramas
en que acecha la ficción de estar despierto.
Quizá dormir, después de todo, no es tan malo,
que al menos allí las pesadillas son de veras,
no como en vela, cuando nadie te contesta
ni hay nada más que hacer que ver que todo,
incluso este dolor, sigue en su sitio y sin remedio.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
08 05 15
- Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2015 a las 09:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 415
Comentarios2
Afortunadamente, y por lo general, estas son etapas que logran superarse o, por lo menos atenuarse. Expresarse es una buena catarsis (para el caso de que seas el sujeto poético). Nunca está demás recordar lo que manifestara Tagore: "Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas"
Saludos
Bellas reflexiones, Melba, a veces somos simplemente humanos, otras el sujeto poético mismo. Y ojo, que en las lágrimas, antes de que caigan, suele poderse ver algún reflejo de la luna o de alguien que nos mira. Saludos, feliz semana.-
QUE MAGISTRALES LETRAS.
Un saludo agradecido, poeta, feliz lunes y semana plena para ti.-
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.