AMOR TRAICIONADO

Amanece en esta orilla,

Testigo de mis amores,

Donde la vida es sencilla

Poblada por pescadores.

Visten colores las flores,

Abundan las abubillas

Y los canarios cantores,

Con sus plumas amarillas,

Compiten en bellos trinos,

Con el jilguero y la alondra.

Gorgean los estorninos,

De calores a la sombra,

Y también los ruiseñores,

Se suman a este concierto.

Y aportan los pescadores,

Al salir a mar abierto,

Con sus alegres canciones,

Color a esta bella estampa,

Cuando en sus embarcaciones,

Van preparando las trampas.

Pero toda esta belleza,

Me resulta sofocante,

Pues me invade la tristeza

Porque ya no es como antes.

Ya no vas ensimismada

Paseando por la orilla,

Con tu falda arremangada,

Y el agua hasta las rodillas.

Ya no vienes y me besas

Cuando yo salgo a tu encuentro.

Ya no susurras promesas

De nuestro amor avariento.

Y ahora, aunque mire, no veo,

Aunque oiga, ya no escucho.

Y, a veces, me dan mareos,

Y, aunque con fuerza yo lucho

Por escapar de este trance,

Me siento desfallecido

Desde que nuestro romance,

Lo diste por concluído.

Todavía no me explico,

Que es lo que pudo pasar.

Quizá porque fuera rico,

Aquel que te dijo amar.

Aquel que en un barco vino,

Procedente de ultramar.

Que apareció guapo y fino

Y te dejaste engañar.

Con sus cantos de sirena,

Tu resistencia venció,

Y, aquella tarde, en la arena,

Se consumó tu traición.

Y después, avergonzada,

Consumida por la angustia

De saberte desflorada,

Te secaste cual flor mustia.

Y luego a tí te contaron,

Que el rico estaba casado,

Y , al momento te asaltaron,

Los recuerdos del pasado,

Los abrazos y los besos

Que nos dimos en la arena,

Jurándonos, cual posesos,

La felicidad eterna.

Y desde entonces, hundida,

Rechazada por la gente,

Vas consumiendo tu vida,

De una forma intrascendente

No soy quien para juzgarte,

En amor, no hay dignidad,

Porque para mi, el amarte

Es una necesidad.

Marzo de 2015

Jose Cruz sainz