Somos olas en los acantilados,
nuestra furia se rompe con espuma
nos convertimos en etéra bruma,
se disipan futuros y pasados.
La luna triste lágrimas rezuma
con sus ojos lánguidos y cansados
ya de cuartos menguantes apagados
viendo otra ola valiente que se exhuma.
Así son nuestras vidas transitorias
que creciendo con fuerza y altivez,
la dura roca las torna en historias.
Aprendamos por fin, y de una vez
que este mundo carece de memorias,
que las rocas aguardan la vejez.
Tras la roca ya no seremos nada
pues la historia no habrá de recordar,
cuan dura fué nuestra fugaz jornada.
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Autor:
Soplo (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 14 de mayo de 2015 a las 11:31
- Comentario del autor sobre el poema: La mar, de donde vinimos un día, hace algunos años.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 135
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Alejandro O. de Leon Soto, Libra *M*
Offline)
Comentarios5
Amigo y poeta querido.
Profundo, sentido, melancólico escrito
Eso somos, olas rompen en la roca, en el acantilado de la vida.
Un gusto siempre leerte.
Un fuerte abrazo de mi parte.
Kavi
Gracias querido Kavi, no sabes lo que me alegro que te haya gustado´
Anche un abraccio forte per te amico
Así es, amigo Johnny. Como alguien dijo: no somos nada. Muy buen simil con las olas, las rocas y el acantilado que reflejan la fragilidad de nuestras propias vidas.
Y aun mejor el acompañamiento de esa música, la mer, que me retrotrae a mi época de estudiante en Bélgica.
Nuestras vidas son los ríos 25
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
Un abrazote
Yo también recuerdo a Charles Trenet y esa fue sin dudas. su mejor canción. Gracias por tu comentario, querido amigo y tu recuerdo de Jorge y las eternas coplas a su padre.
Abrazos. Johnny
Hermoso soneto!...su maravillosa concepción y contenido le dan un sabor que lo paladeas....me gustó....saludos.-
Un verdadero placer y honor que le haya gustado. Gracias por el comentario. Un saludo cordial.
Exquisito y con un gran significado. Tal y como bien dices, así son nuestras vidas transitorias, en nuestra juventud parece que tengamos que comernos el mundo, somos esas olas que arremeten con furia contra las rocas, sin percatarnos que ese ímpetu va a menguar con los años y la roca seguirá ahí paciente esperando nuestro declive.
Seguramente la historia no habrá de recordarnos, pero sí podemos dejar nuestra huella en el camino que recorremos.
Felicitaciones John, es un hermoso soneto, lleno de sensibilidad y sentimientos.
Petonets,
Dolors
Muchas gracias querida amiga. Si, es cierto, pues es posible que dejemos recuerdos, que raramente duran mas de dos generaciones.
Al menos luego tenemos la eternidad, que debe ser aburridísima y sospecho que el número de suicidios es alto, al grito de : ¡No puedo maaaaas !.
Gracias por tus comentarios, declamaciones,simpatía y por todo lo que eres. (Aunque te enfades).
Petonets.
Cómo me he reído con tu ocurrencia del suicidio... jajajaaa
Te imaginas? yo sola me montaba la película y me destornillaba. Me imaginaba a Dios y a San Pedro con las manos en la cabeza y desesperados... jajajaaaaaa
Dios diciendo: Cierra la puerta Pedro, que nos quedamos sin parroquianos... jajajaaaaa
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