“Suenen campanas,
anuncien su llegada,
trompetas en el cielo,
un alma en la entrada”.
Bien recibida es,
ángeles en la puerta,
felices en una voz,
anuncian “hoy es fiesta”.
Brilla su mirada,
alma confundida,
el mismísimo Jesús
le da la bienvenida.
Un banquete de alegría,
le fue preparada,
“hija mía, bienvenida”,
fueron Sus palabras.
“Terminó tu congoja,
vencida la muerte en victoria,
más de dos mil años atrás,
te redimí, hija mía”
¿Quién sentiría tristeza?
si la muerte es victoria,
para el hijo de Dios
no existe la derrota”
Su voz de ángel,
desde hoy será celestial,
cánticos de alabanza,
al Todopoderoso entonará.
¡Callen almas en la Tierra,
no lloréis su partida,
pues su alma goza inmortal,
feliz, triunfante en eterna vida!
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