En algún momento del viaje,
perdí el control del timón de mi vida.
Hoy me encuentro a la deriva…
sin provisiones, sin ruta, sin pasaje.
Deje de ser el capitán de mi barco,
intente todo para seguir la ruta trazada,
navegue sin descanso buscando llegar a mi destino
pero perdí el rumbo, y sigo sin hacer en el puerto recalada.
Recuerdo los días cuando soñaba ser transatlántico,
atravesando mares, haciendo viajes grandes…
Hoy tan solo son grandes de trabajo mis tardes…
pensando en la vida, paralizada por el pánico.
Y el transatlántico… se volvió un velero,
ahora es tan solo el viento quien decide mi rumbo,
pues si tomo el mando… ante el primer obstáculo sucumbo
las fuerzas no son vastas y el ánimo para luchar no es duradero.
Pese a ello, el mar de la vida no me deja quieta,
me golpea con la fuerza y furia de sus olas,
me pide que despierte, que responda a su afrenta
y la fuerza viene a mí… a momentos, tan solo por horas.
¡¡ S.O.S.!! Grito mandando al cielo, a la naturaleza,
a la vida, al mundo, a Dios de mi naufragio el mensaje:
¡Mandad pronto ayuda, esto es un grande desastre!
¡Me estoy ahogando! Y ya solo me queda a flote la cabeza.
- Autor: aby1982 ( Offline)
- Publicado: 13 de abril de 2009 a las 21:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 85
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