De viñas amadas,
vino eterno y añejo,
en mi nostalgia bebida con cuerpo,
escojo como celebrando tan gentil ocasión.
Levanto mi copa y brindamos,
la que me acompaña en tiempo infortunio,
soledad bienvenida a cortejarme,
¡salud! a una voz unánime.
“Tenga la gentileza de escucharme”,
le pido atención a mi discurso,
desahogo necesito en el transcurso,
pues la noche es eterna a escucharme.
“Usted no comprende”, le dije,
“el camino escabroso es la vida,
el llanto es fiel compañía,
de dolores y penas punzantes”
Siguieron las horas pasando,
el gallo cantó como explicando,
no debes seguir adelante,
pues perdida estarás delirante.
Mi amiga escuchaba atenta,
el llanto se hizo presente,
el dolor que sentía ausente,
regresó con penuria eterna.
Perdida quedé en el piso tendida,
las copas obtuvieron su fruto,
mi bodega testiga del funesto,
escenario de paz fue el efecto.
- Autor: autumn (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2015 a las 23:03
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 86
- Usuarios favoritos de este poema: Esteban Passalacqua, pani
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.