**~Un Vampiro sin Sangre~** Cuento

Zoraya M. Rodríguez

Un Vampiro sin Sangre

Cerca del Mar Filo lejos de aquí de occidente, en oriente, vivía un joven lleno de sueños y fantasías. Llegó un día en que sus amigos lo invitaron a una copa cerca de su hogar en una pequeño antro cerca de la ciudad de Waph. El muchacho acepta, estaba muy cansado y decide pasar ese tiempo con sus amigos. Otro momento inolvidable para el joven. Al salir casi ebrio, un poco nada más, unas copitas demás, él decide regresar a su casa de madrugada. En el automóvil queda intacto su olor a vino y del bueno. Se estaciona cerca de la finca de Don Dilo, y se conduce a su hogar cuando recibe un pinchazo en su brazo derecho, al ebrio le dolió un poco, pero, continúo su camino hacia la vivienda donde su madre de cincuenta años le esperaba. Lo había mordido un murciélago ciego. Él prosigue su camino, sin poder sospechar que ya se había convertido en un vampiro y que tenía en su sangre vampireza y que necesitaba morder para sobrevivir. Siente ansiedad, desesperación, inclusive tiene fiebre. Siente en la piel eternidad. Y sus ojos ya no miran igual. Y el murciélago que era ciego, le dejó en su retina las pupilas de que se escondían en sus ojos. Fibo, así se llamaba el joven, se da cuenta que sus dientes han crecido un poco, como vampiro, claro, y llega a la conclusión de que es un vampiro y... sin sangre.

 

Recorre su habitación una vez más, y se siente débil, él sabe en su interior que necesita sangre para poder vivir. Pero, él es bueno, un joven bueno, y matar a alguien succionando la sangre, pues, eso no era lo de él. Él decide vivir sin sangre. Recorre su habitación y decide salir de ese encierro. Pues, no quiere hacer daño ni herir a alguien. Así, que sólo tiene que vivir sin sangre,

¿cómo lo logra?, sino puede vivir así, es un vampiro y se supone que viva de sangre. Se cruza con un hombre vecino de su casa y él mira su cuello y cae en tentaciones y alucinaciones. Y así, decide cómo tomarlo en sus brazos y acariciar su cuello hasta poder con sus dientes de vampiro hacer la primera mordida como vampiro. Pero, en su interior sabe que no puede hacerlo. En su fé de nativo vampiro, como nuevo, no tiene el gran conocimiento de como los vampiros sobreviven en esta situación. Así que, sólo tiene un camino que seguir o proseguir, sin la debida situación de ser un asesino o un mejor dicho de ser un vampiro asesino. Lo agarra con fuerza, penetra sus dedos con gran experiencia en los brazos del hombre y lo toma en su boca por el cuello, en la parte derecha de su cuello y ¡zás!, hace su primera mordida el vampiro con su picada de murciélago ciego. Y acecha con devorar el cuello del hombre. Cuando sólo viene la neurastenia de un día de ser vampiro sin sangre.  

 

Él comete su acto, se limpia la boca y sus dientes con la lengua, como un gesto de satisfacción. Cuando sólo acecha lo que era una escena caprichosa en cuestión de un segundo. Sólo le deja ver la esencia de un cuello limpio, con olor corporal y con un flujo de sangre en plétora. Sólo le queda deshacerse del cuerpo o dejarlo allí tirado como si nada hubiera pasado. Pero, se preguntó, para sí mismo, si lo dejo aquí se darán cuenta de que existe un vampiro. Y que lo buscarán hasta dar con él las autoridades pertinentes. Y se da cuenta, que vivir sin sangre sería mejor. Todo es creado por su enfermiza y audaz de ser un vampiro nuevo. Como sino existiera un vampiro más viejo que él. Se vuelve hacia el hombre, y el hombre le pregunta, -hey, hombre, qué le pasa a usted que me mira con insistencias-. Fibo, vuelve en sí, y se marea al saber que hubiera cometido el peor de sus errores al acechar como vampiro a ese hombre. Y él crea otra vez una partitura más elocuente de lo que su mente había creado.

 

El murciélago ciego se desviste de su atuendo más cierto. Al saber que es estudiado por médicos capaces de esta naturaleza. El murciélago esta muerto y ciego es el diagnóstico del veterinario. Y es capaz de asentir con la cabeza que lo que Fibo sintió no fue una picada del murciélago sino que una de sus alas se enredó en su camisa y por eso, la herida tan profunda que el ala del murciélago le cortó en su mano derecha. Fibo, se siente capaz de empezar una nueva vida, y comienza a laborar y se reencuentra con el hombre de la pasada distracción con el que pensó ser la primera mordida de él. Y nota que tenía dos colmillos enterrados en su cuello. Y una voz le dice, sí, Fibo existen los vampiros y quedó sin recuerdos más…….

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  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de mayo de 2015 a las 00:06
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 73
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