Estimados amigos de Poema del Alma: Debido a vicisitudes muy extensas de relatar me vi alejado de la página, hoy intento regresar, paulatinamente iré subiendo algunos poemas que ya publiqué, por lo que les pido paciencia, pues es por ahora todo lo que puedo hacer, gracias por vuestra comprensión.
QUÉ SE HAGA TU VOLUNTAD (de mi libro “Entre Miles”)
Señor, hoy quiero decirte
lo que hay en mi corazón;
tal vez no sea razón
suficiente ni lo apruebes;
pero al menos, si lo oyeres,
hallaré consolación.
Tú sabes cuánto te amo,
y el precio que me costó
obedecer tus mandatos;
y a la hora de elegir,
aún olvidarme no puedo:
¡te preferí seguir,
y tuve que pagar con todo:
familia, casa, negocios,
mi pasaje para el cielo!
Saberme inscripto en el libro
de la vida, es mi gozo,
llamarme tu hijo, lo más precioso;
y es mi orgullo saber
que: con el mismo poder
con el que hiciste el cosmos,
Tú resucitas los muertos,
¡y aún muerto te voy a ver!
Yo he andado la senda
que me marcaron tus pasos,
y una nube pusiste
para poderme guiar;
y que aunque es invisible
para otros, es mi caso
el que la puedo mirar;
y cada vez que la mueves
¡bajo ella quiero marchar!
Y estoy haciendo un camino
que se parece a locura;
sostenido por la fe,
predicando tu palabra;
y en los años que se pasan,
acercándome al destino
¡de que contigo esté
cuando el cielo se abra!
...He despreciado a mis hijos,
mi patria, mis posesiones;
además de mil opciones
que muchos me han ofrecido,
pero apartaban de Ti;
y en éste mi desatino,
que para el mundo parece:
sólo pretendo lograr
el reino y la corona
que tu evangelio ofrece.
Yo tenía una mujer
que era muy trabajadora,
honrada, fiel y llegó
a tolerar mis amantes
con las que la traicioné.
Pero lo que no aceptó,
y por lo que me pidió el divorcio:
fue que al hacerme cristiano,
y comprender tu verdad,
cambiase todas las cosas
¡según es tu voluntad!
...Que dejase la avaricia,
la mezquindad, y aún hiciera
que misioneros vinieran
a mi casa a morar;
todo podía tolerar:
mentiras, mujeres, alcohol,
gula y poco cariño...
¡pero jamás que quisiera
obedecerte, Señor!
Preferí dejarles todo,
ya que estaban decididos;
hijos y madre unidos,
chapaleando el mismo lodo;
y los amé a mi modo,
ya que me despreciaban,
aceptando sus desprecios
e ignorante desamor;
siguiéndote a Ti, Señor,
¡sabiendo que Tú me amabas!
¡Pero la carne es que duele
mucho, y no sabía
que así tanto se podía
sufrir; y que no alcanza
toda la noche y el día,
¡cuándo se debe llorar
por perder una familia!
Yo, que estaba acostumbrado
a tener hijos alzados
y abrazar a una mujer,
de pronto tuve que hacer:
¡Nada! con mis dos brazos,
...y mis manos sin caricias,
...y mi boca sin mejillas
o bien esa otra boca
¡dónde mis besos poner!
Treinta meses son mil días,
eso fue lo que pasé
en celibato forzoso,
¡no porqué así lo quería!
¿a quién le gusta sufrir?,
¿a quién le gusta esperar?
o: ¿quién quisiera morir
sin esta vida gozar?;
todos estamos creyendo
que existe el más allá,
pero ¡cuesta desprendernos
de lo que somos acá!
Todo este tiempo he orado
pidiéndote una esposa,
¡no importa si no es hermosa,
no importa que sea atractiva,
sí importa, que a Ti, en servicio,
quiera rendir esta vida!
Tú sabes que hace tres meses
conocí a la que ahora
quiero conmigo tener,
y también has de saber
en qué forma es que la quiero,
¡cuánto el amor que le tengo,
y cómo su amor espero!
¡Con cuánto fervor la amo!,
y se lo estoy demostrando,
todo de mí le estoy dando,
nada he escatimado,
regalos, viajes y rosas,
besos, caricias, poemas,
hasta el cielo la he alzado
con palabras que embelesan,
... requerimientos... promesas
... pasión... ¡qué a cualquiera llenan!
Pero me cuesta alcanzarla,
aunque a veces la he alcanzado,
y sus amores me entrega;
pero luego se repliega,
y otra vez toma distancia;
y esto se está repitiendo,
¡tanto sucede lo mismo,
que me está desconcertando!
¿Será que otra vez tendré
que soportar el suplicio,
de arrancarme de la piel...
la piel con que me acaricio...
dejando de ver los ojos
en los que me quiero ver?...
¡¿hasta cuándo la tortura
de tener para perder?!
Yo creí que Tú la enviaste,
y puse todo mi ser
en conquistarla y la amé
cómo Tú me enseñaste,
... pero hoy se deja ver
que, a pesar de acercarla
a mí... ¡nunca, obligarla
a amarme, vas a hacer;
ni por Ti mismo lo haces
ni yo lo voy a querer!
... Mas, si la debo perder,
o de Ti me apartará...
¡qué se haga tu voluntad,
Tú me lo harás soportar,
seguro vas a poder!;
Tú no permites jamás,
a un hijo tuyo tener:
¡dolor más grande que él!
Deberé tomar ejemplo
del único Maestro,
haré mía su oración,
la que hizo en Getsemaní,
y a mí ahora hacer me toca.
Jesús, oraba y decía:
-“Quita de mí esta copa...”
¡claro que no quería
poner en ella su boca!...
Pero también repetía:
-“Si es posible, lo harás,
Padre, pero prefiero
¡qué se haga tu voluntad!”
- Autor: Raúl Daniel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2015 a las 01:56
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema tiene 18 años de escrito.. (mucha agua pasó bajo el puente)
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 108
- Usuarios favoritos de este poema: pani, Violeta, Cristian Jovani
Comentarios3
Interesante reflexión, sobre la base de un romance. Felicitaciones
Gracias profesor, un gusto verle por mis letras..
Cordiales saludos.
R_D
GUAOOO MARAVILLOSAMENTE HERMOSO . ESTO QUIERE DECIR QUE LA CHISPA NO SE APAGA... APESAR DEL PASE DEL AGUA BAJO EL PUENTE TE FELICITO Y TE DEJO BESITOS
Sí, como dijera el Quijote: "¡Genio y figura hasta la sepultura!"
Gracias Violeta.. ¡eres un amor de persona!
Un beso..
R_D
Hay toda una vida puesta en esa prosa, más que una vida un arrepentimiento del hablante lírico, como también un cambio radical hacia el futuro de poder quizás obrar bien con la persona a quien se ama..., buena prosa...
Gracias por pasar por mis letras, apreciado amigo!
Un saludo cordial..
R_D
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