Sangre oxidada...]
El plano onírico nace al cerrar los ojos
la pupila se encierra en el alma-
soñando en esa hoja pálida y enferma, entre la fibra de palabras...,
donde el silencio es esa razón frustran-te de arrojarse a los ruidos,
clavándose con el pensamiento ajeno...,
-de esas espinas melancólicas que salen a flote
cuando las bestias torcidas se acuestan en rosas,
gimiendo..., estrechez de pequeños estallidos visuales
en el contexto oscuro de las sombras desgraciadas,
consumidas en esas antorchas carcomidas por el frío...,
En suicidios líricos les llaman astros...,
se expande la pasión condenada por latidos del universo...,
muriendo en la seducción de la sangre
articulándose las arterias que calibran el tiempo
por ese sentir que compone la menudencia de los sueños,
despertando el cielo amarrarse al olvido,
ya cuando la antorcha se clava a los cielos
engullé la noche,
esclavizando la tranquilidad de los muertos
en el sepelio de la vida...
Un sufrimiento escarlata envenena mi ventana/
oxidada corroe lágrimas metálicas
diluyendo la fricción de los caídos al caer,
condensando primaveras quemándose
en la encarnación de la fallecida retina,
la imagen
cubre de ruinas eufóricas bocetos no terminados,
una alteración cardíaca que no puedo contraer
dilatando el veneno en mi garganta...,
mi sangre
se estanca
perdida en una leucemia ciega
enferma a un destino infinito- una ilusión,
una infección que niega la hemorragia emocional
mintiendo a la médula espinal, los astros viajeros...
Una antorcha de mar trepada a los labios del fuego ruborizado,
al cerrar los ojos, éstos despertaran el desprendimiento de retina
en esa muerte que cobijo en mi cobija amarrada a los huesos
sacudiendo el tuétano envejecido en la juventud de mi palabra muerta.
He sido palabra.
El verbo se deshidrata en mis labios, le ha dado el sentido a mi vida,
una conjugación metálica
secuestra la libertad de tu carne
una herida abierta se dibuja en tu rostro,
los ojos atropellan el difuso vapor,
encogiendo cada filamento de mis entrañas
arrugando el corazón,
desperté,
y en el primer verso que logré articular, [he muerto en tu boca de tinta...,
volverás a crear
la misma emoción de hace unos días atrás,
tatuada de una manera diferente te sabré desconocida,
pero con el tiempo, sentiré que siempre te he conocido,
el arte enjaulado que estrujas en tu boca de papel.]
- Autor: Joel Parra (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2015 a las 04:12
- Comentario del autor sobre el poema: El arte es como el amor, que al aplicarle alma, despierta el verbo, que va hilvanando esos sentimientos secuestrados por el silencio, y de pronto todo desaparece, sintiendo el vértice de un beso destruyendo lo más profundo de la médula espinal hasta gritar emociones claustrofóbicas en el corazón, quebrando el pecho, ruborizando la sangre aún más, y los latidos cayendo del cielo como astros encendiendo la antorcha de los muertos, es un ataque de emociones, una destrucción feliz, una guerra sanguínea, una torcedura en las entrañas, una opresión quemante en la caja torácica, una sensación finita que al escribirlo se vuelve infinita, interminable, por siempre, se vuelve poema...*
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: PETALOS DE NOCHE, pani
Comentarios2
Siempre me sorprendes con tus bellas inspiraciones, y el amor es una fuente inagotable.
Un saludo Shira
EXTRAÑO POEMA ONÍRICO Y SURREALISTA PERO NO EXENTO DE BELLEZA...ERES COMO UN PINTOR DE LA POESÍA...PARA TI EL PAPEL ES UN LIENZO EN BLANCO...
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