La melodía herida,
con la tierra entre sus pies.
Bajo los sauces negros
su llanto agujereado
por las llamas del cielo;
Los señores del viento
atábanle en su frente
diademas de cobrizo.
La melodía herida,
la voz que se marchita.
La dama desvestida,
la sombra de otra sombra,
la sangre embravecida.
Dos larvas renacieron
al sol atormentadas;
una era amor y olvido,
la otra, madrugada.
- Autor: Carlos Alba ( Offline)
- Publicado: 3 de junio de 2015 a las 12:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Edmundo Rodriguez
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