Aquella noche en la que toqué tus manos tibias alrededor de la fogata casi apagada, mascullando entre las cenizas nuestro amor aparente de perpetuidad, jugando y sacudiendo las verbalidades de tus mentiras ...
Esa noche en la que no dormí bajo tus brazos, esos que emanaban bajo mi cuerpo del calor genuino de tu alma hacia mi vida y que hoy ya no están.
Te extrañan desde mis ojos hasta el dedo último de mi pie izquierdo, anhelando cada imagen que desde el cerrar de mis párpados soñaban con la abstracción de piel morena y labios canela de tu rostro, con miras embusteras y manos con rose de otros cuerpos.
Te extrañan aunque duelas y mi corazón se acelere cuando te acercas teniendo mil pulsasiones de un cariño vivo y marchito viéndolo del otro lado de la moneda.
No quisiera mentirme, pero tu metáfora me elevó a lo más dulce de las falacias de tu ser...
Quisiera mentirte y decirte que no te quiero.
Quisiera mentirme y pensar que no lo siento.
Adriana Mondragón Cruz
- Autor: frehyaa ( Offline)
- Publicado: 6 de junio de 2015 a las 19:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 165
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto de Paz, Sophia Sea
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