Hubo un tiempo en que no sabía que existía el tiempo
luego llegó una época cuando sólo jugué con el tiempo
vino la etapa en la que estuve seguro de que sería eterno
después lentamente fui sintiendo que algo se acababa
Que me llenaba el cuerpo de recuerdos.
Ahora hasta tengo la sensación del tiempo que me falta
se me incorporó un reloj que no lo cuenta en grandes plazos
sólo una línea de arena blanca que cuenta el tiempo en granos
minúsculos triunfos o fracasos, instantes que saboreo y amo.
Algunas veces dije que me daba igual morirme cualquier día
ahora pienso que la muerte es una noche demasiado grande
plantada de inmensos árboles en una selva impenetrable
habitada de abismos donde nadie puede encontrarme.
Entonces me pasa algo con la vida, la gente y lo que hago
entiendo que todo resulta de un fino proceso gestado
que la desdicha, la alegría, la pasión y hasta el espanto
tienen en común una historia propia, una semilla inicial
un sembrador o varios que dieron el primer chispazo.
Por eso según su tiempo cosechamos el beso o el abrazo
una cuchillada, desdén, soledad, o el fogonazo del disparo
También recogemos frutos, flores y mejoramos los pasos
grande es la cosecha que entre todos vamos provocando
Me pasa que ahora no desprecio ni un instante, los beso todos
pienso que si es angustia o muerte lo que nos dio el árbol
es aprendizaje para los que están y para los que van llegando
Pues hasta de la sangre y la tristeza nacerá la esperanza.
Pienso que no vale el reclamo ni nadar en la amargura
pues estos años he hendido una vara en el alma humana
y conozco que no tienen fondo sus agrias enfermedades
que hay monstruos que habitan sus estrechos laberintos.
Que también son luminosas e indescriptibles sus bellezas
que todos podremos ser mejores de lo que fuimos ayer
y vigilar cuando estén naciendo buitres en el alma humana
pues todo empieza pequeño antes de que ocurra el crimen.
Estoy reconciliado con el hecho de que se me acaba el tiempo
lo cuento en mi mano como las únicas monedas que tengo
y con él pago mi viaje de lo que resta de mi querido trayecto
del que soy caminante amoroso, su único y legítimo dueño
Aunque en cierta forma lo hice desde los primeros días
ahora siembro en cada minuto una flor, un beso y un verso
me aseguro que el camino quede limpio y todo mejor hecho
Listo para entregar mi espacio, besar mi último segundo
y emprender el vuelo cuando ya no haya más tiempo.
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Autor:
mario mena (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 7 de junio de 2015 a las 01:20
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 65
Comentarios3
Tú, Mario, lo que estás haciendo es preparando el terreno para cuando tengas que subir al paraiso. No sabes nada.
Bueno la temática y el desarrollo me parece muy bien aunque el texto considero que es algo extenso. Pero es una simple opinión.
Un abrazo
En los dos últimos versos se me escalofrió la piel, ese besar mi último segundo es ..... qué decir!!! listo para entregar mi espacio...., Hermoso!!!! esperanzador!!! amplio, arco iris que enciende. Cariños Carina
Muchas Carina: es encantador que hayas venido y me hayas regalado tu fina lectura.
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