Me gusta contemplar, el mar que no existe,
y le digo ádios, al sonido, que con
sus alas, opaca la realidad.
A ló legos, más allá,
puedo observar.
Puedo sentir las gotas, como pétalos, como
plumas, a mi lado está el girasol.
Con un canto se va durmiendo el mar, sus
olas se van arrugando, la luna y sólo las
sombras aparecen.
Mas allá, a lo legos, el ésta volando.
- Autor: sanarrusia ( Offline)
- Publicado: 26 de junio de 2015 a las 06:14
- Categoría: Amor
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: eclipsada
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