Metamorfosis del cuerpo humano.

Araceli Vellber

 

Me senté, este mañana,

en el viejo sillón, donde anoche murió mi padre.

Por, si quedaba todavía, algo de su aroma alegre,

por recordar, como fueron, sus últimos viajes,

como, los árboles tiritaban, en el azul del aire,

como, las aves volaban, en su plano alargado,

sin apenas, aletear, sus alas brillantes,

con la quietud, que otorga, la calma de la muerte,

como, él apenas hablaba,

sin asomar, los dientes.

Me senté, esta mañana,

y pensé, que tenía pocos motivos, para no amarle,

ni estar muerto, por supuesto

es motivo, bastante.

Cuando me levanté,

se abalanzaron, sobre mí,

apretones de manos,

abrazos interminables,

lágrimas, sueltas en el aire,

gritos rotos, con sabor, al café de la tarde.

Me acosté en su catre,

buscando el olor, que dejan los muertos, al despertarse,

el rastro último, del cuerpo en su viaje,

no dormí, en toda la noche,

las mariposas revoloteaban, por todas partes,

para recordarme,

que sume, como sume,

que reste, como reste,

que multiplique o divide,

aquí,

aquí,

no se queda nadie.

  • Autor: Araceli Vellber (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de junio de 2015 a las 13:33
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 116
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Comentarios +

Comentarios2

  • Viento de amor

    Siempre nos aferraremos al recuerdo de nuestros seres queridos, lo importe es vivir de aquellos momentos felices que nos dejaron. Es un gusto pasar por tu espacio poético Araceli. Recibe un saludo cordial y que tengas un lindo inicio de semana.

    Un abrazo

    Mallito

  • Hermes Antonio Varillas Labrador

    Muy interesante elegía poetisa Araceli Vellber, después de cualquier inefable y terrenal despedida, de seres queridos que se extrañan todavía, siempre habrán interrogantes que dejan cavilaciones algo extrañas y el aliento para escribir tristes poesías...

    "EN MI PORSIACASO."
    - Hermes Varillas Labrador

    El tiempo pasa
    pero no retorna
    son cosas de Dios
    tal vez en buena hora

    Que le respetemos
    no es fácil la tarea
    queriendo explicar
    insondables misterios

    Qué es vivir inquieres
    yo te lo respondo:
    Vivir es alegría
    y a su vez tristeza

    Somos como péndulos
    entre risa y llanto
    somos la canción
    entonada en camposanto

    Hay quien dijo un día
    es solo la suerte:
    Casualidad o azar
    de eso está hecha

    Y hay quienes creen
    modelo imperfecto
    desdeñando a Dios
    ciegos por completo

    Más yo sólo me aferro
    a un pensar opuesto,
    todo tiene un génesis
    que da su fundamento

    Somos la estación
    o tal vez el puerto;
    sigue en fin la vida
    enderezando entuertos

    Nubes pasajeras
    o simples garabatos
    Fecunda la tierra
    y se cumple un trato

    Como humanos somos
    lo dice un mandato
    humo vano somos
    ocasión de un rato.

    Saludos cordiales desde la ciudad de la cordialidad en Venezuela.



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