Esta no es una carta de despedida,
es una constancia que dejo en esta vida:
constancia de que existes
y de que te he amado tanto,
constancia de tu pelo suelto
jugando con el viento,
constancia de tus ojos verdes
que contrastan con el color de tu piel,
del arco perfecto de tu blanca dentadura,
de tu cuerpo frágil
y de tus manos que sólo fueron creadas para acariciar.
Ni decir cuando abres la boca:
los torrentes de mil violines
que desprende tu alma pura...
Eres lo más dulce
que flota en el cauce del río de mi vida;
pareces herméticamente sellada
a la envidia y el rencor.
Dejo constancia de que existes,
de que naciste en primavera,
de que el cielo contigo ganó una estrella;
dejo constancia de que eres maravillosa.
Dejo constancia de que eres mi hija hermosa…
- Autor: CATINA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2015 a las 22:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: Luzbelito, Viento de amor, Ricardo Achilli(Riki)
Comentarios4
Dejo constancia que mis huesos fueron vestidos por el tremendo sosiego de su poema. Mis cordiales saludos, poetisa.
Luzbelito
Muchas gracias por tu lindo comentario.Un abrazo cariñoso desde Chile.
Hermoso poema, disfruté al leerlo poetisa. Reciba un cálido saludo y que tenga una noche feliz.
Cordialmente,
Mallito
Gracias, saludos cordiales igual para ti....
hermosa constatación....
saludos
Dejar constancias de este tipo, es un lujo. Precioso. Un abrazo.
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