Y esa despedida que se adueñó de mi...

Y esa despedida se adueñó de mi... Y esa despedida se adueñó de mi como piel que rosa sobre otra sin dejar ningún rastro... Como el sonido del mar en un atardecer de consuelo, como hoja caída de un árbol extrañando su rama. Esa despedida se adueñó de mi de tal manera en que ese adiós mato algo dentro de mi. Éramos unas almas unidas en un momento perfecto sin ningún esfuerzo, tanto amor dado en un tiempo que paso y no volverá, tu despedida, ese adiós, ese adiós tan doloroso que no dejo más que un horrible dolor sin piedad se apodera de mi... Ese momento en el que dijiste adiós y ese último beso dijo un te amo sin palabras y un hasta nunca que no nos dejo volver... ¿Pero si nos amamos porque nos despedimos? Fue mi pregunta sin ninguna respuesta de tu parte... Busque esa respuesta entre llantos, risas y recuerdos inolvidables en mi... Pero sólo me quedo esa despedida que se adueño de mi. Tu despedida aún no me quiere soltar, esta pegada en mi corazón y mente suplicándote volver... No volverás mi amor, eso lo se, pero si algún día llegas a leer estas palabras es una despedida a esa despedida que se adueño de mi... Tengo que continuar mi amor, tengo que despedirme ahora yo de ti... Estoy dispuesta a dejar que el destino algún día no me haga recordarte más y que esa despedida que nos alejó del todo no se adueñe más de mi, y he aquí esa despedida que se adueño de mi... Nicole Carrasco