(soneto isabelino)
Jamás había escuchádote quebrada,
creíame yo solo en el quebranto
y oírte así, llorar, desquebrajada,
¡ah cuánto me dolió!... y duele tanto.
Sutil declamación conmovedora,
¡qué fuerte sacudió mi nula calma!
Tu voz, delicadez desgarradora,
fue viva y eficaz..., rasgó mi alma.
La ausencia deja noches muy sombrías...
Sabiéndote en la misma circunstancia,
tus lágrimas se unieron a las mías,
no obstando ya la física distancia.
Conmigo fue tu pena compartida...
Yo tuve el corazón a media vida.
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Autor:
Alek Hine (
Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2015 a las 17:59
- Comentario del autor sobre el poema: Versión en tiempo pasado. La versión original (en presente) ya no sería adecuada. Gracias por leer. Feliz día.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 105
Comentarios1
Estupendo como siempre.
Saludos, Franco.
Gracias de nuevo, Lud. Ten un bonito día.
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