A mi eterna novia,
Mi hermosísima doncella,
Le regalo el cielo entero,
Un anillo de diamantes,
Y un collar de mil quilates.
A mi eterna novia,
No la hace feliz lo anterior,
Ella tan solo quiere escuchar mi corazón,
Entenderme con cautela,
Cubrirme con su amor,
Respetarme eternamente,
Y vivir al máximo esta unión.
A mi eterna novia,
Le avisaron que ya no estaría más con ella,
Escupió toda su rabia y maldijo a la “cualquiera”,
Ella sabe a ciencia a cierta lo mucho que yo la quise,
Y que añoro mi pasado y mi futuro será triste.
La extraño con ansia loca,
La alucino a cada rato,
Me sobra tanto la música
Y me hace tanta falta el canto.
Ojala una tarde viniera a rescatarme
De este hastió,
Que comienza por asfixiarme,
Y llenarme de tanto frio.
Quisiera verme en sus ojos,
Acariciar su fina piel,
Llenarme de todos sus besos,
Aquellos que fueron de ayer,
No me queda cosa alguna,
Que hacerla mía en mis sueños,
Dibujarla en mi mente,
Porque ella ya tiene dueño.
Donde quiera que ella este,
Le voy a desear lo mejor,
Porque este triste ser,
Acepta que se equivoco.
- Autor: Magenta82 ( Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2015 a las 22:38
- Categoría: Amor
- Lecturas: 130
- Usuarios favoritos de este poema: Viento de amor, El Silente Vagabundo
Comentarios1
Hermosa inspiración poetisa. Es un placer visitar su espacio poético. Saludos cordiales
Mallito
Gracias.
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