Si te flajelas,
sangre de mi sangre...
y de la de tu padre,
por el agravio que me causaste,
lloraré desconsolada
sintiendo que no me amas
y.. te dañas.
Dame esa dulzura
que celosa la encadenas
con violento enfado
de mohínos gestos.
Dame alegría
y la felicidad
que tanto mentas
pero sin paz
no la encuentras.
Dame vida
estando yo muerta...
una nieta;
sé que la deseas.
La arruyaré,
la sonreiré
y a su vera estaré.
Verás diéz corazones
como soles de grandes
cabalgando en el pecho
de los caballeros de luz
de laureadas cabezas...
y el rencor del ángel caído se desvanecerá.
- Autor: Anttoni (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de junio de 2015 a las 16:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, Carkis Mol Cru, Desdemona
Comentarios3
muy buen poema 🙂
Me agrada que te lo parezca. Saludos
saludos..!! n.n/
Bello poema, el amor no admite rencores.
No es feo decir me gusta mi poema, puede gustar un vestido al sastre que lo confeccionó, una comida al chef, una edificación al arquitecto, al poeta puede gustar su propio poema, por qué no.
Un cordial saludo, feliz tarde, Alex.
Por eso mismo todos los que tienen rencor son ángeles caidos hasta que dejan de sentirlo.
Saludos Alexandra
Hermoso, muy simbólico. Saludos
Unos símblolos bastantes fáciles de entender aunque este escrito es mayormente autobiográfico y plasmo cosas de mis padres....y mias...claro, hasta tal punto que están inmersos de alguna manera los cuatro apellidos que heredaron mis padres.
Saludos
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