Amor
tu mirada fue el camino
para esa tarde de plaza adolescente,
tus manos, veloces guerreras
encendieron fogatas, en la nada del miedo.
Ríos de comezón desbordaron nuestros delgados cuerpos,
navegamos los desiertos más áridos, justo al medio día
y el infierno se avergonzó de su tibieza.
Sumergidos en el centro de la nada urbana,
la noche no daba crédito a tanta luz, las estrellas envidiosas
fraguaron tormenta, pero la lluvia se evaporo antes de tocar tierra
y así nació la vida.
Pablo Mistral
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Autor:
Pablo Mistral (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 25 de junio de 2015 a las 23:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
Offline)
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