Habitáras,
en cada punto cardinal
de mis pasos
en el norte de mis pensamientos
en el sur de mis tropiezos
en el oriente de mi despertar
en el ocaso de mi existencia.
Habitáras,
en el polvo de mis recuerdos
en los cansados caminos de la búsqueda
en las señales ciertas de tu presencia
en los surcos imborrables del envejecido tiempo.
Habitáras,
en mis manos
colmadas de tus pétalos
en los naranjos en flor
de tu sonrisa
en el palpitante estallido
de mi pecho
ante tu mirada
en la rabia absoluta
de la despedida
en la
pesadumbre del desencuentro.
Habitáras,
secularmente en el firmamento
de mis ilusiones
en la prueba final
de la desdicha
en la concreta razón
de nuestra suma
en la densidad medular
de los afectos.
Habitáras,
liviana
ligera
en las palabras aéreas
que viajan al infinito
cuando te nombro
en las profundidades abismales
de mis sentidos,
en las gélidas tempestades,
de los enojos.
Habitáras,
en la crepuscular espera
de mi enlunecido insomnio
en el amanecer de tu recuerdo
en la línea frágil que me sostiene.
Habitáras,
en las coloridas libélulas
de la ternura,
en las inquietas mariposas
de las caricias,
en las cálidas grietas
de mi alma
donde escondo
lo mejor de ti,
en el azul oceánico
de tus ojos,
mar interior de mis emociones.
Habitáras,
en la espesa niebla
de mis angustias
cuando te alejas,
en el bordado manto
de tu cercanía,
en el esplendor rutilante
de tu cuerpo,
aurora de mi horizonte.
Habitáras,
en los murmullos
de distantes voces,
mensajeras evanescentes
de mi pensamiento,
en las cumbres solitarias
de mis óseas palabras.
Habitáras,
cuerpo a cuerpo
en mi piel,
en las dispersas
partículas del ayer,
en cada segundo
de mis huesos,
en el rojo encendido
de mi sangre.
Habitáras,
erguida
sobre mis deseos,
en la espera febril
del encuentro,
en el eclipse vital
de la entrega,
en la cimiente
que habitará en tu vientre.
Habitáras,
sumisa,
en los vientos que traen
los recuerdos,
en el refugio imaginario
de la soledad,
en los duendes
fabricantes de la fantasía.
Habitáras,
por siempre
y
para siempre
mis espacios,
habitáras
en mi,
porque
NO TE OLVIDO!
Comentarios2
Excelente manera de expresar el recuerdo de quien se ha querido desde lo mas profundo.
Habitarás,
sumisa,
en los vientos que traen
los recuerdos,
en el refugio imaginario
de la soledad,
en los duendes
fabricantes de la fantasía.
Agradecido y honrado por tus delicadas palabras. Besos y versos.
habitè tus versos poeta y el mar entro a mis ojos, hermosos.
saludos
Agradecido por tus líricas palabras,cariños
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.