El Sol se resiente de ocultarse hoy,
nos miente, no quiere esconderse
de nuevo.
Quiere seguir mirando lejos
de sus aposentos
mientras su tiempo dona
remedio, mi veneno.
Sé que es tu mano la que rozo
en este atardecer,
son tus ojos los que brillan
por este atardecer.
Tus dedos fríos son los
perdidos en esta orilla,
y tus mejillas
un grito de llamas,
en una puesta de Sol de alegre naranja
y triste destino.
´Nunca volveremos a estar aquí´ te dije.
Pero me alegré de estar ahí contigo.
- Autor: Alas de Plata ( Offline)
- Publicado: 3 de julio de 2015 a las 18:21
- Categoría: Amor
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: mariarl
Comentarios1
triste
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.