Casi siempre son las mismas sombras, los mismos lugares y,
a veces los mismos rostros.
Ni extraños ni conocidos, ni próximos ni distantes.
Suele ocurrir con el alba, cuando la oscuridad comienza a palidecer.
Hay demasiada gente y casas a punto de derrumbarse.
Están una sobre otra en una cuesta empinada. Todos huyen y yo
camino despacio porque una fuerza
extraña me impide avanzar.
Me siento a descansar, en un banco de madera,
al lado mismo del abismo.
Sé que no estoy allí, que es otra historia, otro mundo.
Un crucigrama que no encaja, pero que necesito resolver.
De momento, me incorporo alterado, nadie hay a mi alrededor.
Otra vez la soledad y la quimera.
Y me muerde la rabia de no haberlo intentado.
Padre, me acuso de lo que pudo haber sido pero no fue.
De no asomarme al exterior.
De la quietud que lastra mis piernas.
De ser inquilino de un horizonte en sesión continua.
De mirar, sólo lo que me rodea.
De ser fiel.
De no creer en usted.
De vivir frustrado.
De no lanzarme a remontar el vuelo.
De haber escrito este poema.
Viento de Levante
- Autor: Viento de Levante (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de julio de 2015 a las 13:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 71
- Usuarios favoritos de este poema: matteo, Luzbelito, MAKENA, Violeta
Comentarios3
Amigo Mariano Alfredo: honradamente pienso que está usted muy equivocado cuando asevera que sus comentarios no son bien recibidos por mí. Que yo no comparta algunos de sus puntos de vista no significa que le considere mi "enemigo".
¡Claro que aprecio su opinión! Es más. Me satisface en profundidad que mis versos le agraden, por lo demás, puede estar tranquilo que lo único que ocurre es que nuestra manera de entender la vida es sencillamente diferente. No mejor o peor una de la otra, si nó distinta.
Mire, es como las monedas, tienen dos caras pero por donde se le mire, son la misma moneda. Estoy seguro que, al igual que yo, usted piensa que en el respeto a la opinión del otro se asientan las bases de la libertad y de la democracia.
Un fuerte abrazo amigo Viento de Levante.
Soberbio lo suyo, amigo mío. Pero soberbia de la buena. De la que en su huella algo deja para que algo aprenda aquel que la recoje. Profundo versar que se instala allá, en lo blanco oscuro de la conciencia. Un placer leerlo y una satisfacción enorme, descubrirlo. Un gran abrazo, poeta.
Luzbelito
Gracias amigo, por esas inmerecidas apreciaciones. Sería un placer conocerle y hablar sosegadamente con usted.
Un saludo cordial.
Un inmenso placer de encontrar tan buena poesía.
Atentamente
MAKO
Mil gracias, MAKENA, un inmenso placer es, sin duda, encontrarla a usted.
Viento de Levante
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