Por mucho que sea el deseo, de salir e poner los pies en tierra firme, no podemos. Arriba tocamos casi las nubes, soñamos, los pájaros pasan por nosotros, sentimos una libertad inmensa, llena de esperanzas. Cuanta cosa deseamos e soñamos, Pero al empezar a bajar la brutalidad de la realidad nos coge. Mientras soñando éramos casi felices, el tiempo pasó y casi nada tenemos, a no ser el espejo que nos grita: "Tu tiempo de soñar casi ha terminado." Al rededor miramos e casi nada quedó. Solo recuerdos, esperanzas perdidas, amores olvidados, juventud que no supimos disfrutar. Unas cuantas migajas, que quedaran en los bolsillos, de tiempos pasados, que la navaja de la ingratitud ajena rompió.
Madre sin hijos, abuela sin nietos, como arena de desierto, vamos con el viento a parte ninguna. Ya hemos sido todo, guardián de la Familia, la que no vivió, para que todos vivieran. Lo único que queda es que piensen que aun somos seres humanos, no la herencia que al morir dejaremos, si algo tenemos que quieran.
No acuso, no perdono, no olvido. Solo quiero justicia Divina e que reciban lo que merecen. Tristeza por tener que haber residencias para mayores, soledad infinita en ojos cansados de tanto llorar, sin lágrimas, pero con el corazón, sangrando.
En la rueda de la vida, aun ando, subiendo abro mi alma a la esperanza a mis deseos e sueños. Llegando arriba, los cierro e hago por no sentir nada, olvidar todo e esperar que vuelva a subir.
Oporto, 04-Julio 2015
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de julio de 2015 a las 13:29
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 33
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